Hoy haremos un pequeño paréntesis para la reflexión, es 30 de abril, día del niño, para mi un día muy especial, en el cual por cualquier calle que pasa una escucha una canción de Cri-Cri, o se escuchan los niños gritando y riendo dentro de las escuelas porque hoy no tienen clases. Es el día en que los adultos se olvidan aunque sea por unos segundos de sus problemas y logran sacar una carcajada al momento en que ven a un maestro vestido de payaso o al agradecer con una sonrisa cuando reciben un caramelo y haciendo un flashback a nuestras vidas y recordar todas las travesuras y aventuras que llegamos a tener cuando niños.
Dicen que la peor enfermedad que sufre el ser humano es "la edad" , con los años perdemos esa capacidad de asombro, las cosas se vuelven cotidianas y nos distraemos en otras cosas excepto en lo que realmente tiene valor, ya no decimos ¡wow! al ver volar una mariposa llena de colores por el cielo azul.
Dejamos de tener ese gran don que se llama imaginación, el cual nos hace ver figuras formadas por las nubes o intentar unir los puntos en el firmamento para ver si se forma una Gran Osa (Osa mayor). Dejamos de soñar en que somos el gran superheroe al ponernos una sábana como capa.
Nos volvemos autosuficientes y nos olvidamos de correr a los brazos de papá cuando tenemos miedo o que mamá nos cure ese raspón en la rodilla con sus mágicas manos.
Nos volvemos materialistas, dejamos de pensar que somos el ser humano más rico del mundo por cargar las bolsas del pantalón llenas de dulces. Y que decir del gran premio que recibiamos cuando después de un largo día nuestros papás nos llevaban a la cama entre sus brazos, nos contaban un cuento esperando a que cayeramos rendidos y remataran con un beso.
Puedo citar muchos detalles que tiene esa etapa de nuestras vidas, pero en este momento sólo les recomiendo, de vez en cuando recordar aunque sea por unos minutos que tenemos dentro de nosotros uno de los grandes regalos que la vida nos pudo dar, el ser NIÑOS.
Dicen que la peor enfermedad que sufre el ser humano es "la edad" , con los años perdemos esa capacidad de asombro, las cosas se vuelven cotidianas y nos distraemos en otras cosas excepto en lo que realmente tiene valor, ya no decimos ¡wow! al ver volar una mariposa llena de colores por el cielo azul.
Dejamos de tener ese gran don que se llama imaginación, el cual nos hace ver figuras formadas por las nubes o intentar unir los puntos en el firmamento para ver si se forma una Gran Osa (Osa mayor). Dejamos de soñar en que somos el gran superheroe al ponernos una sábana como capa.
Nos volvemos autosuficientes y nos olvidamos de correr a los brazos de papá cuando tenemos miedo o que mamá nos cure ese raspón en la rodilla con sus mágicas manos.
Nos volvemos materialistas, dejamos de pensar que somos el ser humano más rico del mundo por cargar las bolsas del pantalón llenas de dulces. Y que decir del gran premio que recibiamos cuando después de un largo día nuestros papás nos llevaban a la cama entre sus brazos, nos contaban un cuento esperando a que cayeramos rendidos y remataran con un beso.
Puedo citar muchos detalles que tiene esa etapa de nuestras vidas, pero en este momento sólo les recomiendo, de vez en cuando recordar aunque sea por unos minutos que tenemos dentro de nosotros uno de los grandes regalos que la vida nos pudo dar, el ser NIÑOS.